VISITA NOCTURNA A LA MEZQUITA CATEDRAL

El pasado jueves 14 de octubre los residentes de Puertanueva realizaron una visita nocturna a la Mezquita Catedral de Córdoba. Este conjunto monumental, de singular belleza y gran valor artístico e histórico, con elementos romanos, visigodos, musulmanes y cristiano/castellanos, es una muestra en piedra de la historia de Córdoba y de España.

El Alma de Córdoba, así se denomina a la visita nocturna a la Mezquita-Catedral de Córdoba. Esta visita es todo un viaje a través de la historia, una sorprendente forma de conocer este maravilloso conjunto monumental, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1984. Así, la noche del pasado 14 de octubre, nuestros residentes pudieron conocer en profundidad y disfrutar del arte y de la historia de este monumento a través de la utilización de tecnología avanzada de iluminación, sonido y proyecciones, mientras paseaban en la quietud de la noche por las galerías de columnas y arcos con más de mil años de antigüedad.

La visita se inició en el Patio de los Naranjos para, a continuación, pasar al interior y realizar un recorrido por sus principales hitos a los que fuimos accediendo dirigidos por el sonido y la iluminación que se iban reproduciendo de forma gradual, al tiempo que escuchábamos las descripciones y explicaciones emitidas a través de un sistema de auriculares que portábamos cada uno de los visitantes.

Monumento único

La Mezquita-Catedral de Córdoba es uno de los monumentos más asombrosos del mundo y una de las muestras más relevantes de arte islámico. En el se puede apreciar la evolución completa del estilo omeya en España, además de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana.

Construida en distintas fases a lo largo de diversos siglos, iniciando su construcción Abderramán I en el S. VIII, continuándola Abderamán II, Abderramán II, Alhakén II y Almanzor, realizando sucesivas ampliaciones conforme la población de Córdoba, capital del califato omeya de Al-Andalus, crecía. La primera fase se hace a partir de la basílica visigoda de San Vicente, reutilizando sus materiales, que se integraron en la construcción y hoy siguen visibles, al igual que los capiteles romanos tomados en aquel tiempo de otros edificios existentes en la ciudad. Esto, al igual que las aportaciones posteriores, no le resta un ápice de valor, sino que le aporta una especial singularidad y responde a la esencia de este monumento. 

Singularidad artística

Cuando se comenzó su construcción en el 780 dC, apenas había pasado algo más de un siglo desde el nacimiento del Islam entre pueblos nómadas. Su cultura había sufrido una rápida evolución, absorbiendo influencias de las culturas que iban conquistando. Todo ello confluyó en la arquitectura de la Mezquita de Córdoba, en la que se perciben influencias y rasgos de la arquitectura de todas las grandes civilizaciones mediterráneas de la antigüedad, como Grecia, Egipto o Babilonia. En su construcción también participaron artistas enviados por el emperador de Bizancio para la decoración interior con mosaicos hechos de teselas de oro y piedras preciosas, que nuestros residentes pudieron observar de cerca.

Posteriormente también participaron en su construcción los monarcas Fernando III el Santo, Alfonso X el Sabio y Enrique II de Castilla, preservando y enriqueciendo el conjunto al añadir el espacio y elementos para el culto cristiano.

De esta forma, los miembros de la familia Puertanueva pudimos comprender en toda su dimensión el enorme valor artístico e histórico de este monumento singular que es la Catedral de Córdoba.

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